El origen de la mermelada no está claro, aunque hay quienes afirman de que este producto se
empezó a consumir en el Medio Oriente hace muchos siglos, y que los árabes trajeron a la mermelada
del sur de Asia, donde la caña de azúcar era muy famosa.
Lo que es cierto es que en la Edad Media la mermelada era un producto muy famoso
en toda Europa.
La mermelada es un producto que durante años sólo existía a nivel casero, pero
poco a poco se fue haciendo un hueco en el mercado y la demanda de este producto hizo que se
industrializara. En la
historia de la mermelada
podemos hablar de un antes y un después de la Segunda Guerra Mundial que ha sido cuando más ha
evolucionado la comercialización de esta delicatessen por todo el mundo.
Hoy en día es un producto que no falta en ningún supermercado y prácticamente en
ningún país del mundo.
Es cierto que los gustos por estos deliciosos manjares varia de una cultura a
otra, y mientras en España se decantan más por los sabores más tradicionales como la
mermelada de fresa, la
mermelada de albaricoque
o la mermelada de melocotón, en Estados unidos podemos encontrar sabores tan exóticos como la
mermelada de chocolate.
Hay una antigua leyenda europea que relata que María Estuardo siendo ya reina de
Francia contrajo en 1561 una extraña enfermedad que la provocaba mareos, su médico no sabiendo como
curarla, hizo una mezcla de pulpa de frutas y azúcar, y se la daba cómo medicina placebo. Debido a
esta historia los ingleses aseguran que
el origen de la mermelada
es inglés, asegurando que la palabra inglesa «marmalade» deriva de la expresión francesa
«Marie est malade» que significa "María está enferma".
Las mermeladas caseras o artesanales tienen un sabor extremadamente
peculiar que difieren de aquellas preparadas en las fábricas. Artesanalmente las frutas conservan
un aroma, una textura y un sabor natural que las hace únicas. |