El membrillo es una fruta deliciosa, que se utiliza en la elaboración de cientos de productos y
recetas en todo el mundo. Cada país y cada cultura gastronómica tiene las suyas y utilizan este
versátil fruto para llevarlas a cabo. Postres, dulces y salsas son apenas algunos de los exquisitos
productos que se originan en su sabor dulce y exquisito.
Es por ello que hemos decidido elaborar una mermelada de membrillo, para
lo cual nos ayudaremos precisamente de su maravilloso sabor, para sorprender con ella a cuantos la
prueben. Es una verdadera delicia.
Veamos entonces lo necesario para llevarla a cabo.
Ingredientes de la mermelada de membrillo
Necesitaremos:
- 1 kilo de membrillo.
- 500 gramos de azúcar.
- Zumo de un limón.
- Agua.
Preparación de la mermelada de membrillo
Lavamos muy bien nuestras frutas previamente, con lo cual eliminaremos cualquier
suciedad o residuos que puedan traer consigo. Este es un paso fundamental en la cocina, que debemos
realizar siempre, pues en muchas ocasiones nuestros ingredientes no se presentan tan limpios como
nos gustaría y es normal, teniendo en cuenta que en ocasiones hacen grandes viajes y son
manipulados infinidad de veces.
Una vez limpios nuestros deliciosos membrillos, los trocearemos en pedazos
pequeños y los pondremos en un recipiente con agua y limón mientras los vas cortando y evitar con
ello que se oxide y se negree rápidamente.
Luego de terminar, escurrimos, y ponemos en una olla nuestros trocitos de
membrillo, junto al azúcar, un chorrito de agua que cubra el suelo de la olla, el azúcar y el zumo
de limón, en caso de que quieras darle un toque ácido a tu mermelada. Algunas personas añaden algo
de canela o algún otro brote de su gusto, pero esto es opcional y dependerá de cada quien, pues ya
de por sí solo el membrillo producirá un sabor delicioso. Dejamos cocinar durante 45 minutos a
fuego lento, aproximadamente, al tiempo que removemos constantemente para evitar que se queme y
lograr de paso una cocción pareja y uniforme, logrando una textura y un color magníficos. Para
probar su consistencia introducimos una cuchara, con cuidado de no quemarnos, pues el membrillo
tiende a calentarse bastante. Si ésta entra suavemente nuestra preparación estará lista entonces.
La pasamos por una licuadora o procesadora de comida para eliminar los pedacitos sobrantes, y
listo, ya tendremos nuestra deliciosa mermelada de membrillo o siempre puedes dejarla como está,
que para algunos es todavía mejor encontrar partes de la fruta cuando la están consumiendo.
Cuando hayas terminado y con la
mermelada de membrillo
aún caliente, viértela en envases de vidrio, ponles las tapas y ciérralos muy bien, y luego les das
vuelta y los dejas enfriar de esa forma, para que hagan vacío por sí solos. Si tu intención es
consumirla rápidamente bastará con ello, pero si lo que quieres es guardarla por un periodo más
largo, adicionarás unos pasos más a esta receta que te llevará a cabo el proceso para la
realización de conservas, al baño de maría, que encontrarás fácilmente en cualquier parte, además
de ser muy sencillo, pero aquello solo en caso de grandes cantidades, por lo que si has hecho poco
o vas a compartirlo con tu familia, no será necesario.
Esta mermelada de membrillo puedes consumirla directamente del pote, pues su
sabor es espléndido, untarla sobre lo que quieras o utilizarla para acompañar platos más
elaborados, que siempre viene bien con cualquier cosa, en especial con el queso, con quien cuadra
de maravilla. |